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Creando Hábitos Atómicos

Publicado por Mirela Mendoza en

Creando Hábitos Atómicos

¿Alguna vez has comenzado a hacer ejercicio, pero solo dura un par de días? O tal vez haces una dieta cada 6 meses sin ver resultados. Tienes una meta, haces un plan y, sin embargo, no funciona. No tienes tiempo, se hace complicado en tu rutina o simplemente se te olvida. Al final, te sientes frustrada y sin saber cómo avanzar para lograr lo que te propones.

A menudo escuchamos que la clave del éxito es tener metas. Si trabajamos duro para lograr ciertas cosas, tendremos la vida que soñamos. De lo que nadie parece hablar es del proceso que nos lleva allí. No se trata solo de ponernos en forma, avanzar a nivel laboral o estar más presentes: es cómo construimos una vida que nos ayuda a lograr esos objetivos.

La clave del éxito no está en el plan, sino en los sistemas que construimos para lograr estos objetivos. Son las pequeñas cosas, que hacemos de forma repetida, las que nos acercan al resultado que queremos. Por eso disfruté tanto leer "Hábitos Atómicos". En este libro, James Clear afirma que los pequeños cambios, cuando se realizan de manera constante, pueden llevarnos a resultados extraordinarios. Así que hoy quiero hablar sobre qué son los Hábitos Atómicos cómo podemos desarrollarlos.

¿Qué son los hábitos atómicos?

Cuando se trata de cambiar nuestro comportamiento y alcanzar objetivos, necesitamos descubrir qué funciona para nosotros. Los objetivos se refieren a los resultados que deseamos lograr, pero los hábitos son la parte fundamental de los procesos que nos llevan a esos resultados.

Los hábitos son pequeñas decisiones y acciones que hacemos en nuestra vida diaria sin siquiera pensarlo. Estas rutinas inconscientes nos acercan o nos alejan de nuestras metas, por lo que crear pequeños hábitos positivos puede tener un gran impacto en el resultado. Comprender cómo construir nuevos hábitos y cómo funcionan los actuales es fundamental para crear progresos en nuestra salud, felicidad y vida en general.

Creando hábitos atómicos

1. Comienza con un hábito pequeño.

Los hábitos tienen que ver con la consistencia, y una de las mayores barreras para la consistencia es no comenzar con algo lo suficientemente pequeño. A menudo pensamos que todo se trata de fuerza de voluntad y motivación, pero estas son como un músculo que se cansa a medida que los usamos durante el día.

Pasar de 0 minutos a 30 minutos de meditación todos los días será casi imposible. Incluso si podemos lograrlo por un tiempo, mantener un cambio tan grande de manera constante no es realista. La clave para construir un nuevo hábito es que sea lo suficientemente fácil como para no necesitar motivación para hacerlo. En lugar de tratar de hacer una meditación completa, podemos comenzar con solo un minuto todos los días. Crear hábitos fáciles de ejecutar nos ayudará a ser constantes, incluso sin motivación.

2. Avanza poco a poco

Una mejora de uno por ciento diaria parece insignificante, pero va sumando muy rápido. Así que es ideal comenzar con un 1 por ciento y seguir sumando un poco más a medida que nos sintamos cómodos. En lugar de tratar de hacer algo complejo desde el principio, comenzar poco a poco y nos permitirá ir mejorando gradualmente.

Por ejemplo, una vez que puedas hacer 10 abdominales diarios y te resulte fácil, puedes comenzar a hacer 20. En el camino, la fuerza de voluntad y motivación aumentarán, lo que hará que sea más fácil mantener este hábito en el tiempo.

3. Apila tus nuevos hábitos con otros que ya tienes

¿Cómo recordamos hacer un nuevo hábito? La forma más fácil es agregarlo a un hábito existente. Ya estamos acostumbrados a hacer pequeñas cosas todos los días, como cepillarnos los dientes o tomar una taza de café. Entonces podemos agregarles pequeñas cosas y hacer que sean fáciles de recordar. Por ejemplo, podemos decir “después de desayunar voy a meditar durante dos minutos".

La razón por la que esto es tan efectivo es que ya estamos acostumbrados a realizar el hábito existente. Y una vez que nuestro cerebro aprende este pequeño paso adicional, nuestro nuevo hábito será igual de consistente.

4. Se trata de consistencia, no de perfección

Incluso los mejores atletas pueden fallar de vez en cuando. La diferencia es que tratan de recuperarse y volver a la pista lo más rápido posible. Dejar de hacer nuestro hábito una vez, sin importar cuándo, no tiene un impacto en nuestro progreso a largo plazo.

En lugar de tratar de alcanzar la perfección, debemos abandonar la mentalidad de todo o nada. En cambio, podemos tomar el tiempo para considerar qué evitará que este hábito suceda y hacer un plan. Solo necesitamos ser consistentes, no perfectos. La clave está en convertirnos en la clase de persona que nunca dejará de practicar su hábito dos veces seguidas.

 

Todas estas ideas son muy prácticas para generar avances efectivos, pero lo fundamental es ponerse en acción. Una vez que sepas lo que deseas lograr, puedes descubrir qué hábitos te ayudarán a lograrlo. ¡Solo se trata de ponerlos en práctica!

Si realmente te interesa este tema, te recomiendo leer este libro extraordinario. Es realmente iluminador y está lleno de lecciones y puntos de vista que ayudan a comprender más sobre nuestros hábitos. Al final del día se trata de cómo podemos construir un sistema que se adapte a nuestra vida y objetivos.


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