Hacer de la meditación un hábito es una de las herramientas más poderosas que podemos aprender. Sus beneficios para el bienestar físico, mental y emocional son muchísimos. Desde una mejor concentración, memoria y rendimiento, hasta cambiar nuestra forma de ver la vida. Como práctica de mindfulness, meditar nos ayuda a crear hábitos saludables, vivir con gratitud y estar presentes en todo lo que hacemos.
Además, es uno de los hábitos más simples que podemos implementar en nuestras vidas: para hacerlo solo necesitas dedicarle unos minutos, no importa el momento o el lugar. Si ya has explorado algunas prácticas de meditación como las que menciono en mi Guía Rápida, es hora de incorporar estos ejercicios a tu rutina diaria. Por eso hoy te comparto algunos consejos para crear el hábito de la meditación.
Entiende tu propósito
Crear un hábito es mucho más sencillo cuanto tenemos clara nuestra meta. Elegir un propósito como disminuir tus niveles de estrés, conectar más con tus emociones o centrarte en el ahora te ayudará a ser constante. Saber “por qué” quieres empezar a meditar te dará la motivación que necesitas para empezar. A medida que le dediques más tiempo a tu meditación diaria, te será más fácil ver los resultados.
Define un tiempo para meditar
Al hablar de tiempo para meditar, es común pensar que esto implica sentarnos durante horas en silencio. Para comenzar a crear este hábito solo necesitas 2 minutos al día. Si, puedes elegir meditar por 10 o 20 minutos, pero empezar dedicando un tiempo corto (menos de 5 minutos) a esta actividad lo hará más sencillo. Lo ideal es ir incrementando tu tiempo de meditación progresivamente. Una vez que meditar sea parte de tu rutina, los minutos que dediques a ello se sentirán como tu momento de paz en vez de una tarea.
Haz de la meditación parte de tu rutina
Nuestras rutinas son una serie de hábitos que repetimos constantemente. No tienen una hora exacta, sino un momento del día, como la mañana cuando te despiertas o antes de acostarte. Incorporar la meditación junto a otras actividades que haces a diario como tomar café, cepillarte los dientes, o llegar a casa del trabajo hará más sencillo el proceso.
No limites tu momento de meditación
A diferencia del ejercicio físico, ejercitar tu mente no te hará sudar. Puedes meditar en casa, en el camino al trabajo, después de almorzar e incluso de vacaciones. En vez de esperar a que se den las circunstancias "ideales" para comenzar tu meditación, lo mejor es simplemente comenzar. Con el tiempo serás capaz de apagar el ruido exterior para sintonizar con tu mente en cualquier lugar.
Expande las prácticas a otros momentos de tu vida
Hay momentos en los que nos podemos sentir agobiados o ansiosos. Meditar es en parte concentrarnos en el aquí y el ahora que nos regala nuestra mente. Actividades tan sencillas como repetir un ejercicio de respiración antes de una reunión importante o salir a caminar cuando nos sentimos estresados son formas de meditación que no están vinculadas a nuestra práctica formal. La meditación es una herramienta que podemos emplear de muchas formas.
Incorpora la meditación guiada
Tal vez lo más difícil de meditar es saber cómo comenzar. Sentarse en silencio puede ser incómodo o hacernos dudar si estamos realizando esta práctica correctamente. Yo recomiendo muchísimo la aplicación de Ismael Cala, Escala Meditando, ya que es completamente en español y tiene un sistema de progreso que se siente muy sencillo de seguir. Puedes elegir entre distintos niveles y categorías para hacer de tu meditación más sencilla.
Excelente artículo
Jamás he practicado esto de la meditación,pero creo que es Justo y necesario empezar a practicar esto con todo lo que ahora vivimos en el mundo,ayudará a llevar la vida más ligera de equipaje,muchas gracias por esta opción,soy una venezolana-apureña en el sur de chile🤗🤗