Soy mi Prioridad

Todos queremos marcar una diferencia y apoyar a quienes nos rodean. Sin embargo, en este afán por lograrlo todo tendemos a olvidar el elemento clave del éxito: nosotros mismos, nuestra salud y nuestro bienestar mental.

Como mujeres, muchas veces creemos que es fundamental hacer sacrificios y poner nuestras necesidades en segundo plano. Queremos sobresalir en nuestros roles de madres, esposas, hijas, emprendedoras, pero parece que todo lo demás parece más importante que nosotras mismas. Debemos entender que no ser nuestra prioridad en realidad nos impide lograr objetivos y estar más presentes para los demás.

Cuando damos más a los demás de lo que damos a nuestras metas y objetivos, estamos poniéndonos en segundo lugar. Dejar de lado nuestras necesidades lleva al agotamiento, el estrés y la frustración. Terminamos sintiéndonos desconectados de nosotros mismos y nuestros valores. Al ponernos de último no solo nos hacemos un gran daño, también impedimos el crecimiento que nos permite convertirnos en nuestra mejor versión para quienes nos rodean.

Es fácil sentir que si nos ponemos en primer lugar somos egoístas. Pero decir que no, rodearnos de energía positiva y hacer tiempo para nosotros mismo, nutre la mente y el cuerpo. Si de verdad quieres sentirte #MejorQueNunca, sigue estos consejos para ser tu prioridad hoy mañana y siempre.

Cuidarte es quererte

Cuidar de tí misma es indispensable para alcanzar tu potencial, sentirte bien y tener una vida feliz. El cuidado personal no es una tarea o un capricho. Si a veces te sientes culpable por "perder" el tiempo cuando haces una rutina de self-care, cambia el foco y piensa que estás invirtiendo en ti misma. En el futuro estas horas serán fundamentales para alcanzar tus metas, pues eres tu activo más valioso. 

El descanso es fundamental

Desconectarte, tomar unas vacaciones o reservar un tiempo de inactividad es esencial para el bienestar. Existen muchos tipos de descanso, y aprovecharlo te permitirá estar al 100% cuando sea necesario. Tomar tiempo para leer, meditar o llevar un diario nos ayuda a ser más creativos, empáticos y a desarrollar habilidades valiosas.

Invierte en tí misma

Valora tu crecimiento personal y dale prioridad a las cosas que enriquecerán tu vida. Muchas veces nos repetimos que no tenemos el tiempo o el dinero para tomar un curso, aprender un instrumento o tener un pasatiempo. Si no estás dispuesta a invertir en tí misma, ¿quién lo hará?

Valora tu salud física

Comienza con lo básico: suficientes horas de sueño, una alimentación balanceada y actividad física. Nuestro cuerpo merece ser escuchado y debemos aprender a cuidarlo, dándole lo que necesita. Recuerda que ponerte como prioridad también implica hacer tiempo para esa cita médica que tienes meses aplazando o incluir 30 minutos de ejercicio en tus tareas del día.

Aprende a decir "No"

Cuando tomas el control de tus decisiones recuperas tu poder y puedes establecer límites. Decide qué es realmente importante y centra tus prioridades. Es difícil decir "sí" a todos y a tener tiempo para nosotros mismos. Se trata de encontrar un equilibrio, delegar responsabilidades y establecer expectativas claras con tu equipo, familiares y amigos.

Sé amable contigo misma

Deja a un lado la autocrítica y genera un diálogo interior desde la empatía. El perfeccionismo puede convertirse rápidamente en un hábito poco saludable que conduce a la ansiedad, el agotamiento y la baja autoestima. Ser amables con nosotros mismos nos da espacio para cometer errores, aprender y crecer. La clave está en concentrarnos en el progreso mientras perseguimos nuestros objetivos.

Ser nuestra prioridad implica encontrar una manera de escuchar a nuestro cuerpo y cultivar el amor propio. Enfocarnos en nuestra salud emocional y física es fundamental para alcanzar lo que nos proponemos. Hoy te invito a tomar el tiempo para descubrir qué te ayuda a sentirte bien, calmar tu mente y recargar energía. Poner tiempo y energía en nosotros mismos nos permite estar allí para otros de forma saludable. Recuerda que tu bienestar es la prioridad, pues sin él no es posible alcanzar el éxito.