Alcohol y Envejecimiento

Nuestra apariencia es el reflejo de nuestro estilo de vida. El ejercicio y la alimentación juegan un papel vital, pero no solo lo que comemos nos afecta, también lo que bebemos tendrá un impacto en nuestro organismo por dentro y por fuera. Seguro te ha pasado que después de una salida en la que disfrutaste un par de copas, no solo te cuesta más recuperarte de los efectos del alcohol, sino que luces mucho más cansada, tienes más ojeras y tu piel se ve deshidratada.

A medida que avanza la edad nos cuesta mucho más recuperarnos de una noche de tragos. La manera que nuestro cuerpo procesa y se desintoxica del alcohol disminuye con el pasar de los años, ocasionando que sea mayor la toxicidad y permanencia del alcohol en el organismo. El alcohol está relacionado de forma directa con el envejecimiento. Una gran cantidad de estudios sugiere que el alcohol se acumula en el cuerpo ocasionando vejez prematura. Mientras más años cumplimos, mayor es el impacto del alcohol en el organismo.

Cambios a nivel hormonal

Las hormonas actúan como mensajeros químicos para controlar y coordinar las funciones de los tejidos y órganos del cuerpo. Consumir alcohol puede afectar las funciones de las glándulas que liberan hormonas y las funciones de los tejidos. Pasarnos de copas puede alterar nuestras funciones de recuperación celular, presión sanguínea y niveles de azúcar.

Además, el consumo de alcohol produce una mayor liberación de la hormona del estrés, que afecta el funcionamiento del sistema digestivo, dificulta la absorción de nutrientes, vitaminas y algunos minerales. El cortisol, además, somete al cuerpo a una presión adicional que acelera el envejecimiento. Estos cambios no solo ocurren a nivel interno sino que suelen manifestarse en la apariencia de la piel y el cabello.

Envejecimiento del cerebro

El consumo de alcohol afecta el juicio, la concentración y la capacidad para controlar las emociones, pero además acelera el envejecimiento cerebral. Según destacan los especialistas, una persona de 50 años que pasa de beber media copa diaria a dos copas al día, aceleraría su envejecimiento cerebral el equivalente a dos años. Este es un dato muy relevante a tomar en cuenta a la hora de considerar cuántos tragos vamos a tomar y las consecuencias que tendrán en nuestra salud.

Envejecimiento de la piel

A medida que nos hacemos mayores el cuerpo sufre ciertos cambios y se tiene menos agua en el organismo. Después de los 30 años, tenemos una mayor tendencia a estar deshidratados, por lo que ingerir alcohol acelera aún más la falta de agua en el organismo. Esto sumado a la deficiencia que produce el alcohol en la absorción de ciertas vitaminas como la A, ocasiona una disminución en la regeneración celular y la producción de colágeno. El resultado es lo que queremos evitar: una piel opaca, reseca y mayor tendencia a la aparición de arrugas.

Esa misma deshidratación también traerá consecuencias para el cabello, dejándolo seco y con mayor tendencia a quebrarse e incluso puede ocasionar la pérdida del mismo.

Como todo en nuestras vidas, se trata de alcanzar un balance que nos haga sentir bien. Unas copas con moderación, de vez en cuando, no significan el fin del mundo. Lo fundamental es ser conscientes de los efectos que tiene el alcohol en nuestro organismo para así tomar decisiones más responsables y alineadas con un estilo de vida saludable. Como todo en la vida, se trata de informarnos y aplicar la moderación a la hora de celebrar o darnos un gusto.