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Mi Mesa a la Mexicana

Publicado por Mirela Mendoza en

Viajar es una de mis pasiones. Es una manera maravillosa de conocer nuevas culturas y llenarme de estímulos visuales. Mi reciente viaje a México fue una fuente de inspiración extraordinaria con sus deliciosas comidas, su cultura vibrante y su tradición ancestral. Mi proceso creativo suele ser muy visual, por lo que trato de prestar especial atención a los colores, la naturaleza y las formas que me rodean. Para mi fue una experiencia enriquecedora el poder sumergirme en la cultura de este hermoso país y apreciar los detalles que la hacen única. Me encanta aprender cosas nuevas sobre diseño y ganar nuevas perspectivas, que luego puedo usar para crear algo hermoso como esta mesa.

Una de las cosas que siempre trato de hacer cuando voy a un lugar nuevo es visitar las tiendas de artesanía nacional y experimentar esa cultura a través de su arte. México es un país muy rico en ese aspecto. Sus diseños son espejos que reflejan una antigua historia cultural y la habilidad de las manos que los hicieron. Así suelo hacer la curaduría de Le Papillon Gallery, buscando piezas o elementos que destaquen y creen una experiencia sensorial única.

Poniendo la mesa

No pude evitar enamorarme de la belleza de las vajillas mexicanas. Puedes ver cómo los artesanos mexicanos crean obras de arte en honor a la mesa, que es un elemento fundamental en la cultura latina. Las mesas son el punto focal de cada hogar y proporcionan el lugar de reunión perfecto para las comidas familiares. Elegí plato por plato con minuciosidad, dejando que cada uno me inspirara. Quería lograr un aspecto ecléctico, por lo que no hay dos iguales. Cada diseño tiene una belleza particular y un atractivo fascinante. Los combiné con cubiertos rústicos de bambú y copas de color azul transparentes para mantener el resto de mi mesa simple y orgánica.

Belleza natural

Para las flores, quería un look muy relajado y orgánico pues me encantan los arreglos de estilo natural. Esto es un poco irónico porque tiendo a ser perfeccionista; pero haciendo flores me encanta lo imperfecto. Prefiero su belleza natural, manteniendo el arreglo real. Es mi forma de respetar cómo los encontramos en la naturaleza y honrar su esencia.

Para esta mesa usé ranúnculos amarillos y púrpuras, dalias rosadas y naranja suave, Verónicas de color violeta y Blushing Brides. Opté por una base muy clásica de estilo cáliz. Quería mantenerlo rústico, así que las elegí con ese efecto veteado sobre el dorado.

Una tradición de colores

El diseño mexicano nunca le teme al color. Desde las fachadas de los edificios coloniales hasta el arte local, puedes ver rosas fuertes, amarillos dorados y azules profundos. Quería incorporar mucho el color para replicar esa vitalidad en mi mesa.

Pero cuando tienes muchos colores, yo recomiendo elegir dos colores principales para romper con la paleta y ayudar a que el resto del arreglo se destaque. En este caso, el rojo sangre y el amarillo hicieron brillar los otros tonos de mis flores. Como pueden ver, los colores de las flores y el juego de mesa debían ser apreciados para destacar. Por eso decidí contrastar con el camino de mesa y los cojines en azul. Elegí ese azul en particular porque estaba presente en cada plato y combinaba muy bien en cada uno de los diferentes diseños de la vajilla. Prestar atención a todos esos pequeños detalles realmente me ayudó a contar una historia con este setting.

De México, me encantó cómo se aprecia la mesa por lo que representa: un hogar cálido, comida deliciosa y un espacio de reunión que va mucho más allá de la cocina. Traté de honrar la singularidad de cada pieza, la abundancia natural mexicana y los rostros cálidos que me hicieron sentir tan bienvenida. Esta mesa celebra las imágenes, los ritmos y los paisajes que me enamoraron en ese país. Espero que les guste tanto como a mí.

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