Cuando hablamos de planes de alimentación o déficit calórico, lo primero que viene a la mente es que debemos mantenernos alejados de los carbohidratos. Pudiésemos afirmar que los carbohidratos tienen una mala reputación, son vistos como el enemigo para perder peso. La realidad es que nuestros cuerpos necesitan carbohidratos para optimizar la función cerebral, tener energía y alcanzar nuestros objetivos en el gym.
Algo que siempre repito es que todo lo que hacemos en nuestra vida necesita un balance. Así como una alta ingesta de carbohidratos puede ser un factor para ganar peso, eliminarlos totalmente de nuestra dieta es un gran error. De hecho, reducir la ingesta de carbos puede hacer que sea más difícil perder peso ya que afecta negativamente el estado de ánimo y el rendimiento al ejercitarnos.
Si estás lista para saber más de estos macronutrientes, y cómo puedes incorporarlos en tu alimentación para alcanzar tus objetivos, ¡sigue leyendo!
¿Qué son los carbohidratos?
Los hidratos de carbono (también llamados carbohidratos) son un tipo de macronutriente que se encuentra en ciertos alimentos y bebidas. Los azúcares, los almidones y la fibra, por ejemplo, son distintos tipos de carbohidratos. Junto a las grasas y la proteína, nuestro cuerpo necesita estos macronutrientes para mantenerse saludable.
Lo que diferencia este tipo de alimentos es que el sistema digestivo los descompone en glucosa o azúcar en la sangre. Nuestro torrente sanguíneo absorbe la glucosa y la emplea como energía para alimentar nuestro cuerpo y realizar las funciones más básicas. Sin embargo, ingerir muchos carbohidratos puede elevar los niveles de azúcar en la sangre, aumentando el riesgo de diabetes.
El miedo a las calorías
Algunas personas reducen su consumo de carbohidratos para promover la pérdida de peso, pues es cierto los cereales integrales y carbohidratos son ricos en calorías. Si bien puede parecer contraintuitivo incluir carbos en nuestra dieta si estamos en un déficit calórico, este tipo de alimentos también contienen los nutrientes y minerales necesarios para tener un cuerpo sano.
En vez de adoptar un punto de vista extremo al reducir todos los carbohidratos en nuestro plan de alimentación, lo ideal es informarnos y tomar decisiones informadas acerca de qué carbos son ideales para incluir en nuestra dieta.
Carbohidratos simples vs. Carbohidratos Complejos
La estructura química de los alimentos y la rapidez con la que nuestro cuerpo los digiere determina si este es un carbohidrato complejo o simple. Los carbohidratos simples como el pan blanco y la pasta se descomponen rápidamente en el cuerpo, dándonos energía instantánea.
El problema es que este pico de energía no dura mucho y una vez que quemamos estos carbohidratos simples, el nivel de azúcar en la sangre cae en picado. Esa caída rápida del azúcar hace que el cuerpo nos pida aún más carbohidratos vacíos, que tienden a ser altos en calorías, para recuperarse.
Por su parte, los carbohidratos complejos contienen más nutrientes, son más ricos en fibra y se digieren más lentamente. Alimentos como los granos, frutas y cereales integrales tienen menos probabilidades de causar picos de azúcar en la sangre y son clave para la salud a largo plazo.
Carbos para potenciar tu entrenamiento
Si quieres un buen entrenamiento, tienes que comer carbohidratos. Los carbohidratos son fundamentales en la dieta de un atleta, pues son la principal fuente de energía para nuestros cerebros y la forma más rápida para que nuestros cuerpos produzcan energía. La cantidad de carbos que debemos ingerir depende de la intensidad y la frecuencia con la que hacemos ejercicio, así como de otros factores, como la edad, el sexo y el peso.
Sería difícil tener un rendimiento adecuado a la hora de un entrenamiento intenso sin carbohidratos. Además, los carbos no solo nos dan la energía necesaria para un entrenamiento intenso, también apoyan la recuperación y el crecimiento muscular. Un snack con proteínas y carbohidratos después de nuestra sesión de ejercicio nos ayuda a reponer las reservas de glucógeno y ayuda al cuerpo a recuperarse y prepararse para la próxima sesión de entrenamiento.