Uno de los principales objetivos cuando decidimos cambiar nuestros hábitos es sentirnos mejor, tanto física como mentalmente. El problema es que, para muchos, esto es sinónimo de "perder peso". Anteriormente he hablado de que no se trata tanto del peso, si no de la calidad de este.
Cuando comenzamos a comer de forma más saludable y a ejercitarnos nuestro cuerpo comienza a ver cambios positivos. Nos hacemos más fuertes, ganamos resistencia y mejoran nuestros valores sanguíneos. Si bien la balanza puede ser una guía, una de las mejores métricas para nuestra salud es reducir el índice de grasa en nuestro cuerpo.
Incluso una pérdida de grasa pequeña produce grandes beneficios para la salud, como mejoras en la presión arterial, el colesterol y el azúcar en la sangre. Cada cuerpo es diferente, y es vital averiguar qué funciona para cada uno, pero existen algunos errores comunes que podemos corregir a la hora de quemar grasa.
1. Confundir Calorías con Grasa
Hay una gran diferencia entre quemar calorías y quemar grasa. Ambas tienen un efecto particular en el cuerpo e incluso el resultado de quemarlos es diferente.
Las calorías se utilizan inmediatamente o se almacenan como reservas de energía. Nuestro cuerpo convierte las calorías no utilizadas en triglicéridos, que se almacenan en las células grasas. Al ejercitarnos, el cuerpo extrae energía de las calorías consumidas recientemente, así como de la energía almacenada como combustible.
Si hacemos entrenamientos pesados, es importante aumentar nuestro consumo de calorías para ayudarnos a mantener el peso y tener la energía necesaria para rendir. Por otro lado, cuando quemamos más calorías de las que consumimos, estamos obligando al cuerpo a acceder a la energía almacenada en forma de grasa. Reducir nuestro consumo calórico y mantenernos activos es una de las mejores formas de quemar grasa.
2. Enfocarnos solo en el cardio
El cardio es una excelente manera de mantenernos activos y obtener beneficios generales para la salud. Sin embargo, los ejercicios de cardio pueden ralentizar el proceso de quema de grasa. Aunque el ejercicio cardiovascular es muy eficaz para ayudar a perder peso, lo es porque ayuda a quemar calorías. El exceso de actividad aeróbica genera una cantidad de estrés físico que hace al cuerpo a retener la grasa y descomponer los músculos en su lugar.
El resultado es el Skinny Fat, algo que le sucede mucho a los corredores. Esta clase de deportes tiende a generar depósitos de grasa a lo largo de la cintura; pero piernas, brazos y pecho delgados. Este aspecto proviene de una combinación de poca cantidad de músculo, mucho entrenamiento aeróbico y una dieta alta en carbohidratos, necesarios para rendir durante largos períodos de tiempo.
Para acelerar la pérdida de grasa y mantenernos, es importante realizar entrenamientos de fuerza. En pocas palabras; para maximizar la quema de grasa necesitamos músculo. Cuanto más músculo desarrollemos, mayor será nuestro metabolismo. Esto significa desarrollar la capacidad de quemar grasas y calorías de manera más rápida y eficiente en reposo y durante el ejercicio.
3. No adaptar nuestra alimentación
La mejor forma de perder peso es entrar en déficit calórico. Como vimos en el primer punto, cuando nuestro cuerpo utiliza más energía de la que consumimos se genera una pérdida de peso. Pero no todas las pérdidas de peso significan quemar grasa.
Las dietas restrictivas y los largos períodos de ayuno pueden ser efectivos en el corto plazo, pero usualmente no ayudan a disminuir los depósitos de grasa de nuestro organismo. De igual forma, muchos productos de "dieta" se le agregan otros ingredientes para hacer que la comida mantenga el sabor, disminuyendo sus calorías sin aportar más beneficios.
La mejor estrategia para quemar grasa es reducir el consumo de azúcares y carbohidratos simples, reemplazándolos con granos integrales. Aumentar el consumo de proteínas también es esencial para ayudar a preservar la masa muscular mientras perdemos peso, enfocándonos en quemar grasa y saciar el apetito.
Recuerda que, aunque para muchos el objetivo es perder peso rápidamente, esto no será sostenible en el largo plazo. Si bien podemos perder peso de agua en pocas semanas, la pérdida de grasa lleva más tiempo. Nuestros objetivos deben alinearse a fortalecer nuestro cuerpo y mejorar nuestra salud. Desarrollar una pérdida de grasa sostenible conlleva tiempo, disciplina y compromiso, ¡y tú puedes lograrlo!